“Come menos y haz más ejercicio”

Más bien debería ser: “come más y haz más ejercicio; hacer más ejercicio porque no nos vamos a engañar, en general nos movemos muy poco. Entonces, claro, hay que hacer más ejercicio del que se hace. Sin embargo, tampoco es cuestión de cuánto más ejercicio mejor o de hacer muchísimo ejercicio, sino que hay que hacer lo justo.


Entonces la recomendación no sería la de comer menos y hacer más ejercicio, sino que más bien sería:

  • Come más, pero mejor, haz el suficiente ejercicio y muévete a diario.

De verdad, no hemos podido estar más lejos de la realidad durante tantos años con estas recomendaciones. Y la realidad, es que han hecho mucho daño a la población y lo siguen haciendo.

El fraude de la ecuación del balance energético

Antes de meternos en explicaciones más detalladas, lo primero que debemos hacer es tirar por tierra esta dichosa ecuación:


  • Balance energético = Calorías que entran – Calorías que salen


¿Cómo podemos igualar la complejidad del cuerpo humano a una simple ecuación?


Es decir, la ecuación es cierta, pero la interpretación de esta no puede ser más errónea. ¿Por qué? Pues porque pensamos en primer lugar que las calorías que entran son las que ponen en las etiquetas de los alimentos. Como digo, esto no puede ser más falso. Las calorías que entran dependen entre otras muchas cosas:

  • Del estado de tu microbiota.
  • De la absorción de los nutrientes introducidos.
  • Del momento del día en que se introduzcan esos alimentos.
  • Del estado metabólico en el que te encuentres.
  • Del entorno hormonal presente en el momento de la ingesta.
  • De si has hecho ejercicio físico o no, previo a esa ingesta.
  • De tus niveles de estrés.
  • Del tipo de alimento que contenga esas “calorías”.
  • De si las calorías provienen de proteína, grasa o carbohidratos.
  • De cómo combines los alimentos que contienen esas calorías.


Hay muchísimos más factores de los que dependen las calorías (o la energía) que entran, pero es que también hay incontables factores de los que dependen las calorías que salen:

  • Función mitocondrial, es decir, si tus células son capaces de utilizar la energía que estás introduciendo.
  • Metabolismo basal.
  • Disipación de energía en forma de calor.
  • Disipación de energía durante el ejercicio físico.
  • Necesidad de reparación y crecimiento celular en ese momento.
  • Exposición al sol.
  • Ingesta de sodio e hidratación


De nuevo, la lista es interminable. Por lo que quiero, que antes de entrar en materia quede claro lo siguiente:

  • Deducir que tras consumir 2000 kcal de alimentos (según lo que pone en la información nutricional), si lo que se supone que gastas es 1800 kcal, vas a ganar grasa, es una ABSOLUTA BARBARIDAD.


  • No sabes (ni puedes saber) lo que está entrando, ni mucho menos lo que está saliendo.



Desde el momento en que entendemos lo anterior, pensar, que comer menos y hacer más ejercicio funciona, es un error.


Claro que funciona al principio, si nunca lo has hecho antes. Eso sí, hasta que tu metabolismo se reduce al nivel del de un insecto y se abalanza sobre ti un efecto rebote del demonio. A partir de ese momento nunca más va a funcionar, más allá de perder 2 kilos puntuales que volverás a recuperar. Y lo sabes, no porque te lo diga yo, sino por tu propia experiencia.


Están más que demostrados científicamente los efectos de la “restricción calórica” sobre el organismo a largo plazo, que son dos, y con un objetivo muy claro: que recuperes el peso perdido. Estos efectos son literalmente:


- Reducción drástica del metabolismo basal. Lo que no solo afecta muy negativamente a tu salud, pues implica que muchas funciones importantes del organismo pasan a un segundo plano, sino que imposibilita la pérdida de grasa (a no ser que no comas; como en un campo de concentración. En ese caso, si perderás grasa. Digo esta absurdez pues algunos defensores de esta teoría la utilizan…).


- Desregulación de las hormonas del hambre y el apetito. Tendrás un hambre voraz, y además, no conseguirás saciarte nunca.


Esto ni más ni menos es un mecanismo de protección. El cuerpo quiere que reganes el peso. Es algo similar, pero a gran escala de lo que pasa si te matas de hambre durante la semana y el fin de semana comes más de lo normal; que almacenas todo lo que ingieres en dos días.


Por lo tanto, comer menos y hacer más ejercicio, lo que provoca es un colapso metabólico sobre tu organismo; un organismo al que además estás sometiendo a un gran estrés, no solo con tus obligaciones del día a día y el trabajo, sino con la carga extra de ejercicio físico.


Estás sin energía. ¿Cómo quieres tener motivación y ganas de entrenar? Lo que me asombra es, que personas tirando de una fuerza de voluntad titánica, consiguen incluso entrenar durante 3 meses en esta situación. Por supuesto, odiando su vida por la frustración de no obtener los resultados. Y posiblemente con la consecuente falta de motivación, tristeza y ansiedad con la comida, que inevitablemente, desencadenará la reganancia del peso.

Cambio de paradigma: El estado de tu metabolismo y tu sistema hormonal importan

Puestos los “puntos sobre las íes”, ahora quiero tratar de hacerte entender porque la frase debería ser:


  • Come más, pero mejor, haz el suficiente ejercicio y muévete a diario.


Como es habitual en mí, vamos a poner una metáfora de un coche. Esta me acaba de venir a la mente y creo que es exquisita (jeje, después de escribirla no era tan exquisita, pero creo que sirve).

Vamos a pensar en un coche, pero sólo teniendo en cuenta 3 aspectos: la gasolina, el aceite del coche que baña todas las partes del motor y el motor.


  • La gasolina haría referencia a la energía y los nutrientes que metemos de los alimentos.
  • El motor haría referencia al estado del metabolismo y del sistema hormonal; a cómo funciona el organismo en general.
  • Y el aceite, sería aquello que permite que el motor funcione bien; en este caso, el ejercicio y el movimiento (aunque hay muchas otras cosas como el descanso, los niveles de estrés, la exposición al sol, etc., que por motivos obvios no da tiempo a abordar aquí).


En un coche con un motor en perfecto estado y con aceite suficiente, pero sin gasolina, no vamos a poder ver el coche funcionar. Esta sería la situación de una persona sana que deja de comer. No puede funcionar.


En un coche con gasolina y con un motor en perfecto estado, pero sin aceite, nos vamos a cargar el coche poco a poco, debido a la fricción de las diferentes partes de este, que ahora ya no pueden deslizar unas con otras adecuadamente. Esta sería la situación de una persona sana, que se alimenta bien, pero que empieza a tener malos hábitos: deja de entrenar y de moverse. Poco a poco su organismo se va destruyendo. Y cuando el organismo se vaya estropeando, cada vez podrá usar peor la gasolina (la energía y los nutrientes de los alimentos), por lo que esta se acumulará y generará problemas.


  • ¿Por la cantidad de kcal? NO. Por la falta de ejercicio físico, pero no por el gasto energético de este, sino por los efectos metabólicos (el “engrasado”) que el movimiento y el ejercicio físico ejercen. Es por eso que una persona sana y que entrena y se mueve normalmente, el día que come de más no engorda, pues su metabolismo sigue engrasado; no se pierde este efecto en un día (ni en una semana).


¿Pero qué pasa en un coche con un motor en mal estado, sin gasolina y sin aceite? Pues el colapso total. Esa es tu situación cuando partes de un estado metabólico y hormonal problemático (una diabetes o una situación de resistencia a la insulina, obesidad…), no aportas gasolina (comes poco) y encima tampoco aceite (no entrenas, ni te mueves). Es imposible que el coche funcione.

La energía y los nutrientes de los alimentos necesitan de movimiento y ejercicio para llegar a las diferentes partes del cuerpo para hacer su función.


Además, las funciones de cada parte del cuerpo dependen de la función de cada célula individual. Y vaya, ¡que sorpresa! La función de cada célula depende del movimiento y del ejercicio, que son “el aceite que engrasa su maquinaria interna” y que las mantiene con vida.


También, dependen de la propia energía y los nutrientes (sería el símil al motor en perfecto estado sin gasolina: no funciona). Por lo tanto, si no haces ejercicio, las células no van a utilizar la energía, pero es que, si haces ejercicio, pero no aportas energía, y además, la maquinaria está estropeada, las células tampoco van a utilizar la energía que tienes almacenada en el organismo.


La propia quema de grasa es un proceso que requiere de energía para producirse. Si tu maquinaria está rota y no aportas energía, no vas a perder grasa por mucho que hagas ejercicio. De hecho, pierdes músculo y por eso te ves cada vez más flácido. Sin contar claro, con como empeoras tu salud al perder masa muscular.


¿Qué es lo que tienes que hacer? Primero vamos a ir con el ejemplo del coche, y luego lo extrapolamos a tu cuerpo.


Lo que tendrías que hacer, es asegurarte de que el coche tiene la suficiente gasolina para funcionar. Además, también te aseguras de echar aceite para que el motor pueda funcionar y al menos no empeore su estado. Y mientras tanto, vas tratando de arreglar las partes dañadas del motor poco a poco. Según vas arreglando el motor, y gracias a que hay aceite y gasolina, este cada vez puede alcanzar más revoluciones sin verse perjudicado. Todo empieza con el tiempo a funcionar de la manera adecuada; tienes un coche funcional que hace lo que tiene que hacer cuando se lo ordenas: cuando pisas el acelerador, acelera, y cuando pisas el freno, frena. Además, cuando mueves la palanca de cambio, entra la marcha que deseas, sin fricción.


Pues lo mismo pasa con tu cuerpo. Si tu metabolismo y sistema hormonal están dañados tras muchos años de desuso, y mal uso, da igual que quieras perder grasa. Para perder grasa tienes que arreglar el metabolismo primero y eso lleva tieeeeeeeempo. Debes aportarle la energía y los nutrientes que necesita para que las células puedan funcionar, pero es que además, tienes que “engrasar el motor” con ese movimiento y entrenamiento, para que las células puedan utilizar esos nutrientes y energía. Con el tiempo, gracias a ir pudiendo usar esos nutrientes y energía, irán mejorando su funcionamiento, y en consecuencia, mejorará el funcionamiento de tu organismo en general. Cada vez podrás exigirle más a tu sistema sin que se rompa. Y es en ese momento, cuando tu sistema está bien engrasado, con la suficiente energía y funcionando adecuadamente, cuando empezarás a perder grasa.


Tal y cómo te he comentado, la pérdida de grasa es un proceso más del organismo. Si no “engrasas” los adipocitos con el movimiento, y no les aportas energía, no podrán hacer su trabajo, que es entre otras cosas (pues también liberan hormonas que te dicen cuando estás saciado -si funcionan bien, claro), liberar ácidos grasos a sangre para su utilización.


¿Has visto que en ningún momento te he hablado de comer menos? Comer lo suficiente y de la suficiente calidad, entrenar lo suficiente (que dependerá de donde partas y al principio será poco ejercicio, pues no puedes tolerar mucho) y moverte cada día. Esto es lo que con el tiempo te aportará salud metabólica y te permitirá perder grasa a largo plazo “sin esfuerzo”.


¿Por qué pongo sin esfuerzo entre comillas? Pues porque tener la paciencia para aceptar que no vas a tener el cuerpo que deseas en poco tiempo, entender, que tienes que modificar casi todas tus creencias, luchar contra todos tus intentos de sabotearte (porque pensarás al principio que no estás haciendo lo correcto), y adherirte a un plan que puede parecer que no aporta resultados al principio, requiere de mucho esfuerzo.


Pero bueno, si estás aquí, es porque la otra opción, la de tratar que un coche con un motor averiado funcione bien sin gasolina y sin aceite, no te habrá funcionado. Y eso es bueno, porque esto te da esperanzas, aunque signifique que ahora necesitas grandes dosis de aceptación y un trabajo mental muy importante.


Recuerda, si quieres que te ayude a aprender a alimentarte para conseguir mejorar tu salud, y gracias a eso, perder peso, no dudes en contactar conmigo para que tengamos una entrevista y valoremos qué servicio es el que mejor se adapta a ti.

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